Testimonio de afectada recuperada de TOC de Comprobación
Gracias por contarnos tu experiencia con el TOC y tu proceso de recuperación.
Cada persona es diferente y cada TOC incluso del mismo tipo es distinto. Mucha perseverancia y determinación en la terapia para disminuir los síntomas. Seguro que a través de tus palabras ayudarás a mas personas.
«Hola a todos. Puesto que son fechas muy especiales, de disfrutar con la familia buenos momentos y de compartir, me gustaría compartir también mi historia con el TOC y mi ‘recuperación’ por si a alguien pudiera abrirle un poco de luz en su camino, que de primeras se vislumbra muy turbio.
Todo empezó cuando tenía 21 años (actualmente 28), por lo que llevo siete años con este trastorno, y empezó porque, a raíz de un episodio desafortunado con mi pareja (un flirteo con otro chico que no llegó ni a un beso), no actué como hubiera sido lo política y moralmente correcto. Una vez reconocido mi error, esta persona, en ese momento mi novio, me exigió de manera total que le dijera todos y cada uno de los detalles ocurridos en aquel episodio, pero todos podía llegar a ser hasta la posición del brazo en determinado momento.
Puesto que yo tenía conciencia de que actúe mal, (aunque solo fue eso), para mí yo era el ser más despreciable y la peor novia del mundo por haber cometido ese ‘grave’ error a la edad de 21 años. Tal era la hiperresponabilidad y la exigencia a la que me sometía mi pareja que me fui forjando una culpa que solo se calmaba si le contaba todo todo lo ocurrido, y tanto tuve que recordar que llegó un momento en que confundía ficción y realidad.
Cómo estaría de aturdida qua llegué a pedirle que me perdonara cosas que ni siquiera habían ocurrido, pero como no estaba segura, pues se las contaba por si acaso.
Fue en ese momento de mi vida cuando, sin saberlo, empecé a obsesionarme con comprobar decenas de veces si había cerrado una puerta, apagado la vitrocerámica, cerrado el grifo del lavabo, en fin, cosas para así decirlas, materiales. Pero poco a poco, estas comprobaciones físicas fueron mutando y dando paso a otras comprobaciones mentales, que luego supe que se llamaban compulsiones.
Las obsesiones físicas me causaban daño, pero nada comparado con las compulsiones.
La verdad es que poco tiempo después de empezar a sufrirlas acudí a un psicólogo y ya ahí me diagnosticaron TOC.
Desde entonces, todo mi TOC se reduce a temas de infidelidad hacia mi pareja.
A esto tengo que añadir que soy una persona con unos valores y una moral bastante fuerte, muy perfeccionista y exigente con todo en mi vida, muy cuadriculada y con facilidad para autoexaminarme constantemente de mis actos y mis pensamientos.
Actualmente no sigo con la pareja que tenía cuando se originó todo, pero con todas las parejas que he tenido, he sufrido el mismo problema; creer o imaginar que no actúo correctamente hacia ellos y que le falto el respeto haciendo cosas que mi cabeza se imagina, y se sufre mucho porque yo, con mis valores, no podría perdonarme en la vida serle infiel a alguien que quiero.
Son de tipo ‘¿ le habré dicho algo a alguien deshonroso?, ¿habré mandado una petición de amistad al Facebook a alguien que sé con certeza que lleva otras intenciones que no son de amistad?, ¿habré tonteado con algún chico?, y al no poder tener certeza absoluta, es muy duro vivir con eso.
Tengo que decir que desde que me diagnosticaron TOC he acudido a muchos especialistas, buenos en otros tipos de trastornos, pero ninguno supo aplicar la terapia EPR en mi caso, ni siquiera me hablaron de ella, por lo que deduzco que muchos desconocerían su adecuación para el trastorno obsesivo compulsivo, con lo cuál no me sirvieron de nada.
Me hacían ver que esas cosas, a nivel racional no tenían mucho sentido, pero como ya sabemos los afectados de TOC, lo racional no va mucho con nosotros.
Un día desesperada ya, me dio por indagar en internet y leí sobre Psicólogo Alejandro Ibarra y me decidí a intentarlo una vez más con otro especialista, y de esto hace ya once meses.
Alejandro me habló de la terapia que se aplica en casos de TOC, la terapia de exposición y prevención de respuestas, de la que nunca oí hablar y me explicó que era la única manera que el TOC remitiera hasta desaparecer.
Como había acudido ya a tantos especialistas y había perdido ya tantos años de mi vida con esto, me propuse llevar a rajatabla los pasos indicados por él.
Esta terapia no consiste en una pócima milagrosa que te la tomas y ya; requiere ser paciente y disciplinado y no dar ni un paso atrás.
Las primeras veces, al tumbarme en la camilla para llevar a cabo la EPR, pensaba que era una tontería, que era imposible que eso sirviera de algo, pero bueno, no perdía nada con intentarlo, así que seguí haciendo lo que me indicaba Alejandro.
Y así un mes, y otro, y otro, hasta que te das cuenta que pasas menos tiempo en tus pensamientos que antes, que eres capaz de preocuparte por cosas banales de la vida (esto era algo que echaba muchísimo de menos), que eres capaz de disfrutar al menos por momentos de cosas que te hacen feliz, hasta que llega otro día, al cabo del tiempo, en que como en mi caso, me descubro que he pasado tres o cuatro días sin tener dudas TOC, lo cuál me reconforta y me da fuerzas para seguir trabajando, y por supuesto darme cuenta de que estoy en el camino correcto.
Soy bastante terca y testaruda, y difícilmente consiguen hacerme cambiar de opinión, pero es necesario confiar y ser paciente y trabajar; sólo así será posible.
En esas sigo, y puedo decir que estoy orgullosa porque me encuentro en fase de recuperación avanzada, que no quita que a veces me vengan dudas y me asalten pensamientos, que también he aprendido que no debo de tener miedo a que vengan, pero es eso, a veces , y solo a veces me asaltan dudas, y ello implica que puedo disfrutar de mi vida que tanto tiempo tuve apartada inmersa en mi pensamientos.
No sé si a alguien le ayudará mi testimonio; a mí me ayudó y me ayuda bastante leer testimonios de personas afectados con TOC, al menos no te sientes que estás solo en esto. A todos os deseo unas felices fiestas y próspero año nuevo, un abrazo.»