Caso de éxito afectado recuperado de TOC de Daño y TOC de Homosexualidad desde Chile

Testimonio de afectado recuperado de TOC de Daño y TOC de Homosexualidad con terapia vía online desde Chile

Antes de comenzar con mi testimonio, me gustaría partir por agradecer a la psicóloga por guiarme en este proceso del equipo de PSINCO. Por supuesto también agradecer a Alejandro Ibarra por su dedicación a abordar el TOC.

Hola, soy un chico de Chile que desde que tenía aproximadamente 14 (2014) años empezó a notar pensamientos intrusivos del tipo ROCD hacia quien era mi novia en ese momento (hasta 2015). Estos pensamientos me causaban molestia y malestar, sin embargo, en ese periodo de mi vida hacía tanta física y compartía con tanta gente que no me impedían desarrollar mi vida con relativa normalidad.

A la edad de 17-18 años (2016) empiezo una nueva relación, en la cual desde un principio noto pensamientos que no me parecían normales (tipo ROCD), los cuales no me impedían realizar mis actividades diarias, pero si me producían una mayor molestia que los que tenía con anterioridad.

A la edad de 18 años ingresé a la universidad (2017), fuera de mi ciudad de origen, en un mundo completamente nuevo.

En ese momento venía de una situación emocional mala, ya que había puesto término a mi contacto con quien durante el año anterior fue mi compañera. Fue por esto, que para pasar ese mal rato me puse a experimentar con drogas en la primera semana de mi semestre, desde donde empecé a tener pensamientos intrusivos del tipo HOCD. En ese momento pensé que solamente había sido un mal viaje y que pasaría.

Sin embargo, estos pensamientos empezaron a escalar hasta tal punto que pasaba horas y horas dándole vuelta a estos. Fue entonces cuando comencé a elaborar rituales mentales que me ayudaran a estar más tranquilo en mi día a día, sin embargo, estos pensamientos ya no eran solo pensamientos, con el tiempo también empezaron a llegar imágenes, sensaciones e impulsos, los cuales me rondaban durante todo el día.

Así fue como poco a poco mi calidad de vida y mi autonomía empezaron a disminuir.

Así pasaron 2 años (Marzo de 2018) en los cuales sufrí demasiado, por supuesto en silencio, porque nunca le conté a nadie de mis cercanos lo que me estaba pasando, esto por vergüenza, miedo al rechazo, burlas, en fin. Fue entonces cuando tomé la mala decisión de volver a experimentar con drogas (Septiembre de 2018) pensando que si era capaz de tolerar estos pensamientos en ese estado, estos desaparecerían.

Luego de esto, el paquete de síntomas no hizo más que aumentar y no solamente eso, sino que a partir de ese momento comencé a desarrollar pensamientos de HARM OCD (TOC de daño a mi mismo y daño a las personas que me rodeaban) y TRANS OCD (sensación de senos).

A partir de este momento me di cuenta que debía hacer algo, fue entonces cuando empecé a darme cuenta que mis rituales mentales me ayudaban de cierta forma a tener un poco de paz durante unos momentos. Entendiendo el hecho de que constantemente debía ir modificandolos. De esta manera fui cayendo en un círculo de obsesión-compulsión para tratar de estar bien. 

Fue así como terminó el año 2018 y durante el año 2019 las cosas no hicieron más que empeorar. Poco a poco empecé a desarrollar ataques de ansiedad, ataques de pánico, los cuales me acompañaron durante todo ese año. Incluso comencé a tener estos ataques en las actividades que yo más amaba realizar.

Fue entonces cuando llegó la pandemia (2020) y con el confinamiento lo que hice fue conocer el verdadero infierno. Me sentía tan mal, vivía sin calidad de vida y lo único que hacía era cumplir con mis responsabilidades en la Universidad, lo cual era muy difícil con la cantidad de carga obsesiva que tenía en mi cabeza. Al llegar Octubre del 2020 colapsé, ya que durante todo este año me levantaba rumiando y me acostaba a altas horas de la madrugada rumiando. Estaba tan desesperado que llegué a leer la biblia completa porque pensaba que quizá siguiendo este camino mis pensamientos desaparecerían. Al finalizar de leer este libro, el cual me daba cierta »paz», me di cuenta que realmente era una especie de ritual, ya que, mi condición no mejoró, sino que siguió empeorando.

Fue entonces cuando ya no quería salir de mi habitación y pasé un periodo de aproximadamente unas 3 semanas encerrado acostado en mi cama sin ánimos de nada. En ese momento lo único que quería era meterme una sobredosis de alcohol para terminar con mi sufrimiento. Fue durante ese periodo negro, en el cual comencé a visitar foros, páginas, videos para entender que es lo que me estaba pasando, fue ahí cuando descubrí que no era la única persona a la que le pasaba esto, lo cual de cierta manera me generó un pequeño alivio.

Leí muchos testimonios de personas que tenían historias muy similares a las mías y fue en ese momento (Octubre de 2020) cuando descubrí que tenía TOC

Un día me senté en la mesa para almorzar y ya no me contuve, tenía tantas ganas de ponerle fin a mi sufrimiento que terminé por contarle a mi familia que estaba muy mal. Si bien no les dije los tipos de pensamientos que tenía, sí les dije que pasaba todo el día metido en mi mente pensando estupideces, cosas que yo sentía no eran parte de mi personas. Ya no aguantaba más, fue entonces cuando busqué mi primer tratamiento en Chile, donde efectivamente y con ayuda de un psicólogo y una psiquiatra me diagnosticaron Trastorno Obsesivo Compulsivo. Fue así como en Octubre de 2020 inicié mi primer tratamiento, el cual me ayudó a controlar un poco la ansiedad y los ataques de pánico, sin embargo, no fue nada efectivo contra el TOC, ya que las sesiones consistían en tratar de evitar los pensamientos que me llegaban.

En enero de 2021 finalicé este tratamiento sin mejoría en mi TOC, y durante el verano la situación no hizo más que empeorar. Sin embargo, desde hace un tiempo había descubierto el canal de Alejandro Ibarra, el cual lo encontré en un foro de personas que buscaban ayuda para recuperarse del TOC. Durante el periodo Octubre 2020-Enero 2021 intenté hacer mucha actividad física, me levantaba a las 5.30 AM, porque pensaba que si hacía mucho deporte de cierta forma podría mejorar en algo mi condición psicológica. Si bien algo mejoró, mis pensamientos seguían ahí cuando dejaba de hacer deporte. 

En Abril-Mayo de 2021, con una edad de 21 años, decido ponerme en contacto con Alejandro, donde rápidamente recibo una respuesta y entonces se agenda la primera sesión. En esta primera sesión, conocí a mi psicóloga a quien le expliqué mi situación y a la segunda sesión ya comencé con Exposición con Prevención de Respuesta (EPR). Inicialmente cuando empecé el tratamiento no estaba seguro de nada, solamente tenía claro que quería recuperarme y fue por eso que le puse mucha constancia a mi tratamiento. Pase por altos y bajos, sin embargo fueron pasando los meses y empecé a notar que efectivamente los estímulos que íbamos trabajando iban disminuyendo su duración, intensidad y frecuencia. Al notar esto y comenzar a ver un pequeño rayo de luz en el infierno en el que estaba, comencé a adherirme al tratamiento, debido a que este me estaba dando resultados. 

Poco a poco comencé a retomar mis relaciones interpersonales con mi familia, mis amigos y mis conocidos, con quienes hasta entonces, no me podía relacionar, ya que para mi eran disparadores HOCD y HARM OCD. Además, poco a poco mi rendimiento en la universidad también mejoró (en ese momento vía ZOOM) y empecé a retomar salidas puntuales con amigos.

Finalizó el año 2021 y ya notaba un importante avance, ya que, los ataques de pánico desaparecieron y la carga excesiva del TOC también empezó a bajar, ya no pasaba todo el día rumiando, sino que durante periodos del día notaba la aparición de los síntomas y cuando esto sucedía me exponía inmediatamente y en los casos en los cuales estaba fuera de mi casa, hacía exposiciones en vivo tratando de mantener los estímulos durante el mayor tiempo posible en mi cabeza.

A medida que entendí cómo aplicar la técnica de la EPR, comencé a aplicarla de una forma más autónoma, entendiendo que el malestar que sentía era necesario para la remisión de mis síntomas. 

Llegó el año 2022 y me tocó regresar a clases presenciales en la Universidad y por ende volver a la ciudad en la que estudio. Esto fue un cambio fuerte, luego de pasar 2 años en confinamiento. Inicialmente si noté un aumento de los síntomas TOC, sin embargo, como ya llevaba meses de entrenamiento y ya conocía la técnica, seguí aplicando mis exposiciones diariamente. Fue entonces cuando noté que ya estaba mejor y podía tener más autonomía y libertad sobre mi vida sin estar tan preocupado de mis pensamientos. Busqué un trabajo de medio tiempo, en el cual pudiera tener contacto con mucha gente, para de esta manera estar constantemente expuesto. Al principio fue difícil, debido a que con un gran flujo de gente también tenía estímulos constantes, sin embargo, conforme fue pasando el tiempo y fui aplicando EPR, comencé a adaptarme al ritmo de trabajo y universidad.

Actualmente, en Julio de 2022, con 23 años, puedo decir que tengo una mejoría muy notoria respecto a cómo llegué a mi primera sesión, hoy en día no pasó 15 horas de las 24 que tiene el día atrapado en mi TOC. Actualmente, estudio y trabajo y si bien de vez en cuando tengo disparadores, los puedo controlar con mis exposiciones. Hoy por hoy he recuperado gran parte de mi autonomía y he logrado comprender de qué manera abordar el TOC.

Si bien aún me falta recorrer una última parte de mi recuperación, estoy convencido que aplicando todo lo que aprendí en este periodo de tiempo, concretaré mi recuperación.

Deseo expresar un profundo agradecimiento a mi psicóloga por ser quien guio mi tratamiento, quien me explico como funciona el TOC, como funciona la EPR, como se rompe el ciclo TOC, entre muchas otras enseñanzas. También agradecer a Alejandro Ibarra, por ser una persona dedicada a abordar este Trastorno, el cual es muy incapacitante y del cual en mi país tan poco y nada se sabe. Simplemente gracias, porque de no ser por el tratamiento yo creo que hubiera puesto fin a mi vida.

Por último y no menos importante también agradecer a mi madre y mi padre quienes fueron un soporte en este periodo de recuperación. Agradecer a mi hermana y por supuesto también a mi perro, quien prácticamente me iba a levantar de la cama para sacar a caminar cuando llevaba horas y horas encerrado en mi habitación rumiando.

Finalmente, como mensaje a quienes padecen TOC, decirles que entiendo profundamente el dolor, el sufrimiento, lo roto que uno se siente por no entender porque le toca vivir esto. Yo dejé ir muchas oportunidades en todas las áreas de mi vida por culpa de mi condición psicológica. Sin embargo, la autocompasión no sirve, lo único que sirve es la Exposición con Prevención de Respuesta (EPR). El camino de la recuperación no es fácil, porque la técnica en sí es fuerte en un principio, debido a que nosotros lo que tratamos de hacer con nuestras compulsiones es evitar el pensamiento, mientras que la EPR busca buscar el pensamiento y mantenerlo hasta que este disminuya su duración, intensidad y frecuencia. Este camino no es lineal, es de altos y bajos, pero con constancia y disciplina (exponiéndose aunque uno no quiera) da resultados que te permiten recuperar el control de tu vida

Atentamente MR.

Comparte con quien quieras:

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email
DSC_6324

¿TE SIENTES INDENTIFICADO?

ESTAMOS AQUÍ PARA AYUDARTE

descarga nuestra app