¿Cómo diferenciamos los Pensamientos Negativos de los Pensamientos Obsesivos?
Por nuestra mente pasan una gran cantidad de pensamientos de todo tipo todos los días, para saber realmente como manejarlos debemos primero aprender a identificarlos.
Los pensamientos negativos son muy frecuentes en personas con depresión: «No puedo«, «no tengo ganas«, «lo voy hacer mal«, «esto no sirve para nada«, «nunca volveré a ser feliz«, para este tipo de pensamientos la Terapia Cognitiva suele ser de gran utilidad, es decir a través de algunas estrategias de discusión podemos «cuestionar» la evidencia del pensamiento, la intensidad de la emoción y la utilidad del pensamiento en sí.
¿Qué ocurre con los pensamientos obsesivos? No son pensamientos negativos exactamente, ¿por qué? Debido al contenido en sí de la idea junto al enorme malestar que generan.
El pensamiento obsesivo llega a la mente de forma involuntaria, es decir sin que lo deseemos.
El afectado con TOC puede «confundir» un pensamiento de otro debido a la intensidad de la emoción que le genera (ansiedad), sin embargo la diferencia entre uno y otro es clara: El pensamiento obsesivo va en contra de nuestra moralidad y sentido ético (egodistonia). Ejem: «seré capaz yo de asesinar»? «Y si soy un pederasta»? «Seré yo homosexual»? Son muy diferentes unos de otros.
En el caso del TOC la terapia Cognitiva es muy limitada debido a la frecuencia e intensidad con que aparecen en la mente, al intentar «discutir», «razonar», «poner en evidencia» o «dialogar» con el pensamiento resulta inútil, al menos que el proceso de recuperación sea avanzado (útil solo en algunos casos).
Pensamientos NEGATIVOS NO SON PENSAMIENTOS OBSESIVOS. Vamos a llamar las cosas por su nombre.